El Derecho de enseñar y Aprender
Si se quiere avanzar en mejorar la calidad se debe instaurar un sistema de elección por parte de la demanda. Así, aparecen los incentivos para incorporar nuevos métodos y tecnologías, porque las escuelas van a competir para atraer alumnos. Directivos y docentes tendrían que pasar a administrar las escuelas y decidir, por ejemplo, su propio salario, el currículum y los métodos pedagógicos.
Krause y Benegas Lynch (h) entienden que no hay forma de que el Estado conozca las preferencias individuales. El autoritarismo centralizador se impuso en el diseño educativo. Si no se puede conocer, la planificación estatal es inexistente y se imponen las preferencias individuales del planificador a toda la población. Por eso, concluyen: «Lo único que podemos hacer es dejar que cada uno decida por sí mismo qué tipo de educación quiere para sí y para sus hijos. Los contenidos de la educación y sus correspondientes valores deben ser elegidos por los educandos o por sus padres. La imposición de contenidos educativos constituye una falta de respeto a la persona a quien se somete a esa "educación”, que debe elegir libremente del modo que estime más conveniente».