Manual de Confesores y Penitentes
En 1556 salió a la imprenta de Salamanca la edición más comentada del Manual de Confesores y Penitentes, a la que se adjuntaban cinco comentarios resolutorios: de cambios, de usuras, de simonía mental, defensa del prójimo, hurto notable e irregularidad. Éstos tenían una clara correspondencia con la Doctrina de la Iglesia: es aquí donde se evidenció la necesidad de la época de acompañar los cambios socioeconómicos –y con ello, toda teoría económica- con valores trascendentes orientados hacia principios morales de orden superior.
La autoría de la primera edición del Manual de Confessores e Penitentes, de 1549, corresponde con gran probabilidad a Fray Rodrigo do Porto, escrita en lengua vernácula (en portugués), constituyó la base para el Manual de Confesores y Penitentes de Martín de Azpilcueta, del 1556, a cuyo contenido se atribuyó la primera teoría cuantitativa del dinero. Es preciso destacar que Azpilcueta redactó su propia obra, ampliándola y modificándola según su criterio.
En efecto, la edición en castellano contiene algunas novedades significativas, entre ellas, la adición de los cinco comentarios derivados de su enseñanza en Salamanca y de las consultas prácticas, que versan sobre algunos capítulos del Decretum y las Decretales acerca de la usura y el cambio.
El Manual de confesores del Doctor Navarro fue sin duda su obra más célebre, cuya versión latina se denominó Enchiridion confessariorum (Roma, 1573) y constituyó un hito significativo en un proceso que culmina con el nacimiento de la Teología moral como disciplina autónoma en siglo XVII.